Las cargas hormonales y el desarrollo del bebé dentro del cuerpo de la futura mamá traen unas consecuencias que nos pueden hacer sentir menos atractivas peor aún, pueden dejar huella si no nos cuidamos.
El aumento de peso hace que la piel se estire inevitablemente, pudiendo dar lugar a la temidas estrías, los cambios provocan hinchazón y dolor de piernas, mala circulación, retención de líquidos y celulitis.
La piel se puede volver más seca o incluso puede aparecer un acné. Las manchas en la piel como el clama pueden aparecer para tal vez quedarse.
La espalda sufre debido al peso del bebé, esta necesita una atención especial para aliviar las tensiones musculares, puntos dolorosos, dolores articulares y musculares.
En bi-zen sabemos que una mamá feliz es igual a un bebé feliz por eso tenemos diseñados varios programas para la mujer embarazada, estos incluyen tratamientos faciales y corporales, masajes, exfoliaciones, pedicuras y tratamientos de bienestar.